sábado, 25 de abril de 2015

Agua



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Montse

En las tardes de lluvia menuda y persistente, si el amado está lejos y agobia el peso invisible de su ausencia, cortarás de tu huerto veintiocho hojas nuevas de hierba toronjil y las pondrás al fuego en un litro de agua para hacer infusión. En cuanto hierva el agua deja que el vapor moje las yemas de tus dedos y gírala tres veces con cuchara de palo. Bájala del fuego y deja que repose dos minutos. No le pongas azúcar, bébela sorbo a sorbo de espaldas a la tarde en una taza blanca. Si al promediar el litro no notas cierto alivio detrás del esternón, caliéntala de nuevo y échale dos cucharadas de panela rallada. Si al terminar la tarde el agobio persiste, puedes estar segura de que él no volverá.
O volverá otra tarde y muy cambiado ya.
Tratado de culinaria para mujeres tristes, Héctor Abad Faciolince
(Alfaguara, 2013)

El agua es quizá uno de los elementos más simples que tenemos a nuestro alcance y, al mismo tiempo, de los más complejos. Yo soy una gran bebedora de agua; vale, también bebo coca cola light y, desde que recientemente la probé, me gusta tomarme una clara de vez en cuando, pero lo que me quita la sed, lo que me refresca, lo que me apetece beber normalmente, es agua.

Y me gusta ver el agua cuando cae en forma de lluvia. Y verla en las fuentes. Y sentirla cuando me baño en el mar. Y es un placer pasar unas horas en un SPA. Y escucharla, por supuesto. El sonido de las olas, de la lluvia, o -simplemente- del agua saliendo del grifo.

Y siendo este planeta en el que vivimos el planeta agua, más que tierra -cerca del 70% del planeta es agua, en cualquiera de sus estados; igualmente, los seres humanos estamos constituídos por agua en un 70% aproximadamente- aún hay personas que no tiene acceso a ella, o que acceden a un agua que no está en condiciones de salubridad. Quienes sólo necesitamos abrir la llave para poder tener agua -limpia, tratada, potable- nos olvidamos de que es un bien inaccesible para muchas personas; de que en nuestra sociedad es un bien de consumo más y que lo utilizamos según nos convenga, sin importarnos derrocharlo o no (al fin y al cabo, agua sobra ¿no?).

Hace poco leía las declaraciones de un alto directivo de Nestlé que consideraba necesario privatizar el agua y otorgarle un precio de mercado para que así la gente fuera consciente de lo costosa que es y para que no se derrochase. Obviamente, no mencionaba que para cobrar el agua -yo la pago todos los meses, por cierto- es necesario que alguien se encargue de tratarla, procesarla, almacenarla... y cobrarla; por lo que imagino que la empresa está viendo de qué manera ampliar aún más sus beneficios comerciando un bien que debería ser accesible para todos y gestionada con criterios de justicia social y atendiendo al interés general, no a los intereses particulares de empresas cuya finalidad es generar cada vez más dividendos para sus socios. Obviamente, Nestlé niega que esas declaraciones sean ciertas.  

En cualquier caso, ¿es el precio lo que puede disuadir a las personas de malgastar el agua? ¿las empresas comercializadoras de agua distribuyen parte de sus beneficios en la accesibilidad a agua potable en aquellas partes del planeta donde es insalubre o escasa? Así como para lograr un ahorro energético con el consumo de electricidad sí se han buscado vías (como las bombillas de bajo consumo o las led), para el agua no parece que haya ese interés en promocionar un consumo más responsable... quizá por esa ilusión de que el agua no se va a gastar nunca porque el planeta está lleno de agua...

Un agua que, además, está cada vez más contaminada; y eso sí es responsabilidad nuestra. Tal vez no directa e individual, sino como parte de la sociedad de consumo que está en este ciclo de producción, consumo, deshecho que no hace más que generar residuos que no hay donde meter.

¿Acabará siendo alguna vez este planeta Tierra, que es aún Agua, el planeta Basura? hacia ello nos encaminamos me temo que sin remedio... Hasta ese momento, sigo disfrutando del agua, y buscando la manera de no derrocharla al menos en mi casa, con mi uso, que es lo que por ahora está en mi mano... 

Y hoy no he podido decidirme por un solo video para terminar, así que pongo dos. Muy relacionados entre sí. El primero, es la canción Como el agua interpretada por Camarón de la Isla, y Paco de Lucía a la guitarra. A Camarón, aunque es un artista muy conocido y del que llevo oyendo música desde hace casi cuarenta años, nunca lo había apreciado hasta hace poco tiempo realmente. Cada vez me gusta más cómo canta, cómo interpreta; cada vez me llega más su arte

Como el agua, Camarón de la isla (1981)  

El segundo, es un clásico de Paco de Lucía; desde la primera vez que escuché su Entre dos aguas, siempre me ha parecido un guitarrista fantástico, cuyas interpretaciones siempre me enganchan y me llevan a parar un rato y escuchar, con atención y gusto...


Fuente y caudal, Paco de Lucía (Fonogram, 1973)

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