viernes, 22 de agosto de 2014

Volver a empezar


Montse

De cuando en cuando entre la legión de los que andan con el culo a cuatro manos hay alguno que no solamente quisiera cerrar la puerta para protegerse de las patadas de las tres dimensiones tradicionales, sin contar con las que vienen de las categorías del entendimiento, del más que podrido principio de razón suficiente y otras pajolerías infinitas, sino que además estos sujetos creen con otros locos que no estamos en el mundo, que nuestros gigantes padres nos han metido en un corso a contramano del que habrá que salir si no se quiere acabar en una estatua ecuestre o convertido en abuelo ejemplar, y que nada está perdido si se tiene por fin el valor de proclamar que todo está perdido y que hay que empezar de nuevo, como los famosos obreros que en 1907 se dieron cuenta una mañana de agosto de que el túnel del Monte Brasco estaba mal enfilado y que acabarían saliendo a más de quince metros del túnel que excavaban los obreros yugoslavos viniendo de Dublivna. ¿Qué hicieron los famosos obreros? Los famosos obreros dejaron como estaba su túnel, salieron a la superficie, y después de varios días y noches de deliberación en diversas cantinas del Piemonte, empezaron a excavar por su cuenta y riesgo en otra parte del Brasco, y siguieron adelante sin preocuparse de los obreros yugoslavos, llegando después de cuatro meses y cinco días a la parte sur de Dublivna, con no poca sorpresa de un maestro de escuela jubilado que los vio aparecer a la altura del cuarto de baño de su casa.
Rayuela, Julio Cortázar
(Alianza editorial, 1987) 

Hace tres meses escribí la última entrada del blog. Y realmente me ha dado muchos remordimientos no haber escrito antes, aunque -es obvio- no tantos como para ponerme a ello antes...

A veces nos cuesta retomar tareas que nos hemos propuesto, incluso aquellas que nos gustan y nos aportan satisfación. El verano, además, nos vuelve algo indolentes y perezosos, la vida es más relajada; el calor no ayuda ni a pensar ¿verdad?

Hoy retomo de nuevo este Tira y Afloja; aún no sé si en solitario o acompañada de Román; tal vez ahora ya no nos alternemos en las entradas, quizá el ritmo sea diferente, pero el blog sigue activo y aquí volvemos a empezar.

Lo que esperamos es que no nos pase como a esos obreros italianos de los que habla Cortázar jajajaja

La canción que acompaña esta entrada no podía ser otra... Aunque, en este caso elijo el video por el baile... dan ganas de ponerse en marcha ¿no?

 
El gran Fred Astaire (qué sentido del ritmo más increíble) con Eleanor Powell
 



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